¿Qué es la celiaquía o enfermedad celiaca?

La celiaquía o enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune que se presenta al consumir alimentos con gluten como el trigo, el centeno o la cebada. El organismo produce autoanticuerpos que atacan a la propia pared del intestino, produciendo atrofia de las vellosidades que nos ayudan a absorber los nutrientes.

En España, una de cada 357 personas padecen esta enfermedad y, en las últimas tres décadas, su número ha aumentado considerablemente convirtiéndose en una de las enfermedades de transmisión genética más frecuentes en los países de población caucásica.

Síntomas de la celiaquía

La celiaquía es una enfermedad compleja con síntomas muy diversos y que varían según la etapa de vida en la que nos encontremos:

• En el caso de los niños y adolescentes, es común detectar síntomas relacionados con la malabsorción y el deterioro nutricional como, por ejemplo, un retraso en el crecimiento y en la pubertad, anemia, fatiga crónica o bien síntomas digestivos como náuseas o vómitos recurrentes, dolor abdominal o estreñimiento crónico.
• En los adultos, los síntomas pueden ser más inespecíficos y dependen de la longitud del intestino afectado (cuanto mayor sea ésta, mayor será la probabilidad de sufrir dolencias como la diarrea y la pérdida de peso). Con mayor frecuencia, los adultos con celiaquía presentan síntomas digestivos como “ardores de estómago”, dispepsia o “indigestiones”, o flatulencias, así como síntomas extradigestivos como dermatitis, infertilidad, ausencia de menstruación, anemias, osteoporosis, elevación de las transaminasas hepáticas o mala absorción del calcio, vitamina D y/o magnesio.

Esta amplia variedad de manifestaciones de la enfermedad hacen que su diagnóstico se retrase bastante y que se pueda confundir con otras patologías.

Factores que influyen en la manifestación de la enfermedad celiaca

Según el “Protocolo para el diagnóstico precoz de la Enfermedad Celíaca” del Ministerio de Sanidad, hay tres factores que influyen en su manifestación:

• Factor ambiental: cantidad y frecuencia de ingestión de alimentos con gluten, momento de la introducción del alimento en el niño, exposición a antibióticos a una edad muy temprana pudiendo alterar la microbiota, o la situación socioeconómica, afectando a los niños pertenecientes a entornos más favorables.
• Factor genético:  más del 95% de los celíacos poseen los haplotipos de riesgo DQ2 o DQ8, y el otro 5% el HLA-DQA1/DQB1, por lo que mediante un análisis genético podemos descartar que no padece la enfermedad si no tiene ninguno de estos haplotipos en sus genes.
• Factor inmunológico: al consumir gluten a través de los alimentos, el organismo de una persona celíaca produce diversos anticuerpos con los que atacar a una enzima presente en el intestino llamada transglutaminasa tisular. Por ello, es fundamental realizar pruebas para la detección de los siguientes auto-anticuerpos producidos al contacto con el gluten con el fin de ayudar en la elaboración de un diagnóstico:
  • Anticuerpos anti-gliadina
  • Anticuerpos anti-transglutaminasa
  • Anticuerpos anti-endomisio

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Aunque el análisis suele ser la primera prueba a realizar, no siempre es posible diagnosticar a los celíacos y en ocasiones es necesario realizar una biopsia intestinal (consistente en extraer una pequeña muestra del tejido intestinal) para confirmar la enfermedad.

En ocasiones, el paciente considera que puede tener celiaquía ya que reacciona a la ingesta de gluten y comparte la misma sintomatología, sin embargo, la serología es negativa y no presenta predisposición genética por lo que sencillamente es un intolerante al gluten no celíaco. Si se realiza pruebas de sensibilidad alimentaria podrá ser positivo en la determinación del gluten, y al retirarlo de su dieta mejorará su cuadro clínico.

Tratamiento

Hasta el momento, el único tratamiento prescrito para la celiaquía es controlar la ingesta de alimentos, debiendo llevar una dieta estricta sin gluten (DSG). La persona celíaca debe ingerir siempre alimentos naturales como las legumbres, carnes y pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales como el arroz y el maíz (los únicos confirmados que no contienen gluten).

Al determinar el diagnóstico, los celíacos pueden presentar deficiencias nutricionales como consecuencia de la malabsorción digestiva, por lo que requerirán una adecuada reposición de suplementos de hierro, ácido fólico, vitamina D y vitamina B12.

Algunos estudios revelan que los probióticos ayudan a restaurar el equilibrio en la composición y diversidad de la microbiota, mejorando los mecanismos de defensa del epitelio intestinal.

Es importante destacar que la persona celíaca puede llevar una vida completamente normal, aunque sí es cierto que a veces existen dificultades a la hora de llevar una dieta libre de gluten fuera de casa. Esto se debe a la falta de conocimiento y/o apoyo en la sociedad, aunque cada vez hay más conciencia sobre este trastorno digestivo. También es relevante revisar el etiquetado de los productos que se compren en el supermercado.

Lo fundamental en este caso es siempre consultar a tu médico para conocer de primera mano si padecemos este trastorno y cómo podemos paliar sus síntomas. En Laboratorio Finca España realizamos tanto pruebas genéticas como inmunológicas que te pueden interesar.