Laboratorio Finca España

Microbiología Veterinaria

El laboratorio de microbiología tiene como objetivo el diagnóstico de las enfermedades infecciosas.

Una parte importante de esa actividad consiste en el aislamiento, la identificación y la determinación de la sensibilidad a los antimicrobianos de los microorganismos causales de estas enfermedades.

Otra parte consiste en la detección de anticuerpos, antígenos y ácidos nucleicos en diversas muestras (sangre, líquidos estériles, orina, etc.), técnicas que resultan útiles en el diagnóstico precoz de determinadas enfermedades infecciosas.

La diversidad de muestras biológicas y de métodos diagnósticos aplicables son dos aspectos importantes que diferencian el laboratorio de microbiología del laboratorio clínico.

Se realiza el estudio de cultivos a partir de muestras de:

  • Oídos
  • Ojos
  • Abscesos, aspirados, secreciones
  • Exudados (vaginal, uretral, rectal, semen, prostático, nasal, faríngeo, etc.)
  • Líquidos (LCR, pleural, peritoneal, articular, biliar, etc.)
  • Lavado traqueobronquial
  • Raspado de piel, pelos, costras, uñas y tejidos blandos
  • Heridas (abiertas, cerradas o postquirúrgicas)
  • Tejidos y biopsia
  • Heces y orina
  • Materiales e implantes (sondas urinarias, catéteres, tornillos, etc.)
  • Leche, entre otras muestras.

Para un buen diagnóstico microbiológico es muy importante comenzar con la obtención de la muestra clínica adecuada. Por lo tanto, es preciso tener conocimiento de los posibles agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas y los mecanismos patogénicos de los mismos.

La muestra debe ser representativa del proceso infeccioso que se pretende diagnosticar, teniendo en cuenta que en determinadas infecciones, muestras no relacionadas directamente con la focalidad clínica pueden tener también un buen rendimiento microbiológico.

La idoneidad de las muestras enviadas depende del cumplimiento de medidas y normas relacionadas con: procedimiento de obtención, cantidad enviada y transporte rápido y adecuado al laboratorio.

Una muestra mal tomada y/o mal enviada puede suponer un fracaso en el aislamiento del agente causal o el aislamiento de posibles microorganismos contaminantes que pueden generar tratamientos innecesarios o inadecuados.

Una vez que la muestra se recibe en el laboratorio, el tratamiento incluye:

  1. Recepción de la muestra: básicamente se determina si la muestra cumple o no los requisitos de calidad necesarios para ser procesada (correcta identificación de la muestra, cantidad adecuada para el estudio solicitado y la comprobación de las condiciones adecuadas de transporte y conservación).
  2. Procesamiento: preparación de las muestras, realización de tinciones y la inoculación en los medios de cultivo para su posterior incubación. En este proceso se considera: el tipo de muestra enviada, el diagnóstico clínico y la petición solicitada (debe comunicarse el uso de cualquier tratamiento bacteriostático o bactericida con el propósito de usar caldos de enriquecimiento en caso de ser necesario, además de probar la efectividad del mismo en el antibiograma en caso de obtener algún microorganismo). La información clínica del animal es fundamental para la correcta selección de los medios de cultivo a inocular y su posterior incubación. Según el tipo de muestra, el laboratorio utiliza unos medios de cultivo primarios que permiten el aislamiento de la mayoría de los agentes etiológicos más frecuentes de los distintos procesos infecciosos. Sin embargo, en ocasiones ciertos cuadros clínicos pueden estar causados por microorganismos poco frecuentes cuyo aislamiento requiere el uso de medios de cultivo específicos y/o selectivos no habituales (la sospecha de la participación de alguno de estos microorganismos poco habituales debe comunicarse al laboratorio).